La metrópolis futurista de Janelle: The ArchAndroid re-examinado.

Aunque quizás su álbum debut no haya ganado sus nominaciones al Grammy, su nombre pase por desapercibido o se vea opacado por cantantes como (la ahora “prodigiosa” y difunta) Amy Winehouse o (la tan sonada ad nauseam) Adele. Janelle Monáe se reveló como la compositora, cantante y multifacética artista musical con mayores posibilidades de trascender a lo largo de la década que apenas está iniciando. Su talento, su voz, su inventiva, su versatilidad resultan tan notables que uno no puede menos que rendirse ante una creadora excepcional y que tiene mucho de visionaria.

Con apenas 25 años de edad, Monáe posee un genio natural que algunos califican como delirante y vertiginoso. Si en el 2007 logró cosechar a algunos seguidores con su Ep Metropolis: The Chase Suite, fue hasta el 2010 que consiguió una unificación mundial de criterios, cuando prácticamente todos los medios especializados, aún los más alternativos y exigentes, consideraron su álbum como una obra maestra y uno de los grandes álbumes del 2010.

Más cercana a cantantes y autoras tan sofisticadas como Erykah Badu y Me’Shell NdegéOcello que a diferencia de divas tradicionales como Aretha Franklyn o Marvis Staples. Janelle a sabido dotar sus composiciones de una pasmosa complejidad melódica, armónica y rítmica. Su voz posee tal variedad de timbres, tal maleabilidad y tal alcance capaz de llegar a los máximos extremos vocales sin sonar jamás excesiva o engolada. Así de de pronto puede hacernos recordar a intérpretes supremas como Shirley Bassey (en la suntuosa y espectacular “BaBopByeYa” con timbales, metales y cuerdas incluidos), Dionne Warwick (en la cadensocia “Say You’ll Go”, con final a la Debussy incluido), Kate Bush (en la curiosa “Wondaland”), Karen Carpenter y Lauryn Hill (en la hermosamente folky “Oh, Marker”), Shingai Shoniw de Noisettes y Kate Pierson de B-52’s (en enloquecido rock & roll de “Come Alive: The War of the Roses”) y hasta en un plano más comercial como Beyoncé (en “Dance or Die”) o Alicia Keys (en “Neon Valley Street”).

Algo es muy claro, a Monáe no le interesa encasillarse en algún género (pese a que la premiación Grammy la colocó en la categoría de R&B) y si bien sus orígenes se encuentran en la música tradicional y contemporánea de los afroamericanos (desde géneros de raíces como el góspel, el jazz y el blues, hasta el soul, el rhytm n’ blues, el funk y el hip-hop), sus ambiciones van aún más allá para abrazar el alt-rock, el folk, el avant garde, la música orquestal, entre otras corrientes. Todo esto queda perfectamente plasmado en The ArchAndroid. Se trata de lo que los clásicos llaman a un álbum conceptual, es decir, una obra en la cual todos los temas giran alrededor de una idea, en este caso una historia de ciencia ficción (o de ficción científica, como gustaba decir Borges) que narran las aventuras y desventuras de un androide que viaja en el tiempo, desde el año 2719. Dicho así, puede sonar pretencioso y hasta aburrido, pero la manera en que Monáe compone resuelve el asunto y lo convierte en una historia musical. Desde el arranque sinfónico de “Suite II Overture” (como una prolongación de Metropolis: The Chase Suite) que se convierte prácticamente sin solución de continuidad, en un tema tan sensual e hipnotizante como el hip-hopero “Dance or Die”, para dar pausa (sin pausa) a “Faster” y “Locked Inside” y su delicioso R&B.

De ese modo va transitando este ArcAndroide, a lo largo de dieciocho cortes y casi una hora de duración. Sus posibles excesos no son tales y lo que podría parecer exageraciones da un resultado más bien generoso y lleno de riqueza. Lo vemos en los tres siguientes cortes: la tranquila balada de “Sir Greenwood” que sirve como calmo puente a “Cold War” y su rock cósmico (¿O soul progresivo?) y deriva finalmente en la indescriptible e hiperquinética “Tightrope”.

Las experimentaciones van desde “Neon Gumbo”, con la cinta de grabación puesta al revés al más puro estilo de los Beatles en 1967, hasta las visitas a la psicodelia ácida de “Mushrooms & Roses, al dreampop madrigalista de “57821” y al delicioso indie-funk en “Make the Bus” (con el acompañamiento de la banda canadiense Of Montreal). Sin duda alguna The ArchAndroid se suman a trabajos como New Amerykah (2010) de Badu, The World Has Made Me Man of My Dreams (2007) de Me’Shell Nedegéocello o el clásico Stankonia (2000) de Outkast, toda una revolución sideral que se hunde sus raíces en el jazz inerrable de Sun Ra y el funk enloquecido de Funkadelic.

Janelle Monáe ha demostrado ser genial, en el más estricto sentido del término. No es descabellado pensar que esta joven, nacida en Kansas, realmente venga del futuro, y de paso ofrecer una demostración musical a las nuevas divas tanto como las arriba mencionadas como otras princesas y reinas del Pop.

Por John Himself, originalmente publicado en Lado B de la Ciudad.

MUESTRACK: 03. Faster


TRACKLIST

1. Suite II Overture
2. Dance Or Die ft. Saul Williams
3. Faster
4. Locked Inside
5. Sir Greendown
6. Cold War
7. Tightrope ft. Big Boi
8. Neon Gumbo
9. Oh, Maker
10. Come Alive (The War of The Roses)
11. Mushrooms & Roses
12. Suite III Overture
13. Neon Valley Street
14. Make The Bus ft. Of Montreal
15. Wondaland
16. 57821 ft. Deep Cotton
17. Say You’ll Go